Biblioteca Arús y la masonería

Biblioteca BarcelonaLa biblioteca Arús de Barcelona es una de las bibliotecas más importantes de Europa en el tema del movimiento social y obrero del s. XIX e inicios del s. XX. También cuenta con todo el legado francomasónico importante de Rosendo Arús y otras donaciones de este estilo.

Rosendo Arús i Arderiu, impulsor de la masonería en la Cataluña del s.XIX, dejó en testamento como herederos a Valentí Almirall y Antoni Farnés, notorios masones de la época, con el objetivo expreso de utilizar el legado para crear una biblioteca pública para  ofrecer conocimientos al mundo obrero. Y así lo hicieron. Unos años tras su muerte, con la presencia de los Coros de Clavé, se inauguraba en 1895 la biblioteca en el lugar que había sido su casa. Una biblioteca pequeña, con mobiliario de maderas nobles, a la que se accede a través de una majestuosa escalera, con columnas jónicas a ambos lados y con una réplica de la estatua de la Libertad que da la bienvenida (Barcelona también posee la suya!) son indicios claros de inspiración masónica, así como el suelo en cuadrícula blanca y negra, y un dibujo de una figura humana con un gorro frigio junto al símbolo por excelencia de la masonería, un compás y una escuadra que quedan encima del escudo de la logia Avant, creada por el propio Arús.

Biblioteca Barcelona

Durante la guerra, el conserje abría la biblioteca cuando la ciudad no sufría bombardeos. Ésta le hacía de vivienda a él y a su familia, por lo que los niños habían correteado e ido en bici por los pasillos de la biblioteca. En la posguerra, el centro quedó cerrado del 1940 al 1967. Hay varias versiones, una de ellas es que gracias a un intelectual falangista, José Maluquer, consciente del verdadero valor del centro,  logró que este legado permaneciera intacto sin ser expugnado por los vencedores, con ideología totalmente contraria a lo que aquel lugar albergaba .

Biblioteca Barcelona

Hoy en día, a pesar de tener más de cien años, sus estatutos constituyentes siguen estando en vigor.

Ahora es un lugar tranquilo y poco transitado. A lo largo del año se imparten conferencias, cursos y seminarios sobre  la masonería y otros temas relacionados con la bibliografía que disponen.

Dirección: Passeig Sant Joan 26, 08010 Barcelona

Telf: 93 232 24 04

Accede a este link para ver fotos sobre la bilbioteca Arús.


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Barcelona y los refugios de la guerra civil

El subsuelo de Barcelona esconde muchos vestigios de la historia de la ciudad. Entre ellos unos 1.400 refugios construidos durante la guerra civil.

Barcelona, por su ubicación estratégica, fue objetivo de los ataques de la aviación fascista italiana que colaboraba con las fuerzas sublevadas contra la república. La ciudad fue uno de los primeros escenarios de bombardeos sobre la población civil contra objetivos no militares. También Madrid y Gernika fueron brutalmente bombardeadas, pero mientras estas dos ciudades estaban cercanas al frente de guerra, Barcelona se encontraba en una posición de retaguardia.

Refugio Barcelona

El ayuntamiento, antes de que sucedieran los bombardeos, concienció a la población sobre la amenaza e hizo construir 30 refugios, en los que, en el caso de ataque, no cabrían ni un 5% de la población. Estos primeros refugios fueron objeto de burla porque nadie se podía imaginar que Barcelona sería víctima de ataques aéreos. También se empezaron a disponer alarmas de aviso por la ciudad y se repartieron folletos de qué hacer en caso de bombardeos. El 13 de Febrero de 1937, Barcelona vivía el primero de los 192 ataques, estos refugios quedaron cortos y la población empezó a construir por cuenta propia otros muchos que se fueron registrando. Los recursos eran escasos, y las personas más fuertes estaban en el frente, por lo que ancianos, mujeres y niños eran los que mayoritariamente se movilizarían para crear túneles subterráneos. Se tiene constancia de unos 1.400 refugios registrados, pero se podría decir que pueden haber hasta unos 2.000.

La mayoría de estos refugios se construían haciendo uso de la volta catalana, una técnica arquitectónica usada en Catalunya para hacer los arcos más robustos y anchos. De este modo el pasillo podía ser más amplio y a lo largo de éste cabía espacio para bancos a ambos lados para que la gente pudiera esperar sentada. Normalmente la media de espera solía ser de unas dos horas, tiempo que duraba el ataque y también la batería que abastecía de electricidad el subterráneo. Tengamos en cuenta que durante los ataques se cortaba el suministro eléctrico de la ciudad para que desde los aviones no pudiesen identificar sus objetivos que tenían muy claros, se trataba de destruir monumentos históricos, entre otras cosas, que tenían como intención final desmoralizar a la población, crear un clima de desconcierto y abrir un nuevo frente de guerra interno.

Refugio Barcelona

A falta de radares en la época (se descubrieron para la 2ª guerra mundial), había «oteadores» que patrullaban mar adentro con el cometido de observar el cielo, y en caso de ver aviones activaban la alarma que avisaba a toda la ciudad. A partir de ese instante la población tenía entre 1 y 2 minutos para llegar al refugio antes de empezar el ataque.

Los túneles tenían varias entradas, porque una única hubiera sido un cuello de botella, más aun teniendo sólo hasta dos minuto para acceder, y además por prevención, porque en caso de derrumbe y colapso de una puerta, se podría salir por otra.

Hoy en día se pueden visitar varios de éstos, entre ellos el Refugio antiaéreo 307, el Refugio de la Plaça de la Revolució y el de la Plaça del Diamant.

Los Tarantos, flamenco en Barcelona

Flamenco en Barcelona

En 1963 abría en la Plaça Reial un local destinado al flamenco, Los Tarantos. Local muy auténtico en su época, había traído grandes bailaores como Vicente Escudero, Antonio Gades, José de la Vega o María Márquez; grandes tocaores como Pepe Pubill, Andrés Batista o Selva de Cádiz; y grandes cantaores como Fosforito, El Brujo, El Peti o Pepe Cortés.

Con un gran recorrido artístico en el tablao flamenco, también hizo de escuela de figuras consolidadas de hoy en día. Aunque los grandes ya no pasan por este local, si lo hace el espíritu, la garra y el hacer característicos del estilo flamenco con bailaores y cantaores de segunda que alguna vez te sorprenden más de lo que esperabas.

Dirección: Plaça Reial 17, 08002 BarcelonaFlamenco en Barcelona

Telf: 93 319 17 89

Agenda de conciertos aquí.

El mercado de la Boquería

Mercado de la Boqueria de BarcelonaLa Boqueria es un mercado que siempre me ha atraído por múltiples razones. Las principales son sus colores, olores y ambiente. Ya hace unos años fui a fotografiar sus encantos, pero siempre cuesta reflejar aquello que quieres transmitir.

El mercado de la Boqueria tuvo varios emplazamientos desde sus orígenes, que datan de 1217. Pero no fue hasta el año 1840, debido a una dinámica creciente de mercados ambulantes que pedían estructuración, que se emplazó la primera piedra de este mercado tal y donde está ubicado actualmente.

El orígen del nombre de la Boqueria está sujeto a controversias; la teoría más aceptada que se le da también al llamado mercado de Sant Josep, puede que venga de las mesas de venta de carne de cabra o de boc (macho cabrío en catalán) que se despachaba en este lugar.

Actualmente la Boqueria es el mercado estrella de Barcelona. Su emplazamiento, su estructura, la columnata de estilo jónico que le rodea y el ambiente que se respira, hace de este mercado uno de los más emblemáticos no sólo de Barcelona sino del Pais.

Mercado de la Boqueria Barcelona

12AM. La Boqueria está en ebullición. Colores, olores y sonidos se entremezclan en un mar de sensaciones. Se pueden observar todo tipo de personajes, desde turistas hasta chiquillos que acompañan a sus abuelos a hacer una buena compra.

En uno de los primeros puestos de la puerta principal podemos ver un llamativo cartel puesto estratégicamente que llama a adentrarse a todo aquél que quizás desconoce los encantos del mercado. La entrada majestuosa se convierte en un amplio pasillo rodeado de verduras y frutas que se han ido adaptando al gusto del transeunte. Este pasillo es la principal arteria del mercado, a lo largo de ésta se van cruzando callejuelas más estrechas al estilo medieval.

Una fuerte luz cenital ilumina la entrada y se desvanece a lo largo del pasillo donde las lámparas de acero, perfectamente alineadas, cumplen con su labor de alumbrar la oscuridad del entorno. La estructura férrea del techo se mantiene con el paso del tiempo.

Mercado de la Boqueria Barcelona

Pero no sólo son turistas los que entran en el mercado. En sus callejuelas estrechas, casi intransitables por la cantidad de carros que se cruzan, se hayan las personas que quieren comer un buen plato en los pequeños restaurantes que hay en el centro y los compradores fieles: los que compran cada día, aquéllos que lo hacen una vez por semana, y los que van puntualmente. Se observan toda clase de personas, de diferentes edades, culturas, religiones, países, etc.

Entre el murmullo se distinguen frases ancestrales como «¿Querrá lo de siempre señora Pepita?» «¿A cómo va el quilo?» «Perdone, pero iba yo antes».

La tecnología se hace esperar y lo más moderno que se observa son balanzas metálicas y cuchillos de hoja afilada. Manos expertas desempeñan su trabajo a un ritmo frenético. Cada alimento tiene su utensilio. Como por ejemplo el coco que a base de martillazos se aprovechará, no su liquido, pero si su fruta. Manos con y sin guantes, viejas y jóvenes, muñecas con y sin reloj, pieles de diferentes tonalidades… Detrás de cada labor hay un experto, la mayoría de ellos activos desde buenas horas de la mañana.

Mercado de la Boqueria Barcelona

Entre puesto y puesto los colores y olores de los alimentos no pasan desapercibidos.  Podemos encontrar todo tipo de comida. Lo más abundante son las frutas, verduras pescados y carnes. Pero también podemos encontrar chucherías, entre las cuales no sólo compran chiquillos, sino gente de todas las edades, setas, frutos, secos, insectos, huevos, etc. Adaptándose a las nuevas tendencias del consumidor de hoy en día, podemos encontrar macedonia envasada en tapers de plástico.

A los alrededores de la Boqueria también hay vida. Restaurantes y otros puestos colindan el mercado entre las columnas jónicas. Uno de los típicos restaurantes del lugar es el Bar Pinocho. Debajo de las arcadas, resguardadas del sol, unas rumanas se toman un tentempié para seguir pidiendo.

Mercado de la Boqueria Barcelona

12 PM. Llega la calma. Mientras por la Ramblas deambula un mar de gente, el silencio y la soledad ampara el mercado de la Boqueria. Sus pasillos solitarios llaman a almas nocturnas a buscar cobijo. Almas que esperan. Esperan el día en que todo sea mejor.

Un cocinero sale a descansar por una puerta trasera. Enciende su cigarro y le inunda la tranquilidad. Unos minutos de reposo son suficientes para coger energías y volver al duro trabajo que le supone el restaurante. Me comenta que vaya con cuidado, que no son lugares para ir sola con la cámara. Se oyen voces de fondo, risas, motos, una conversación entre fulanas sobresale entre el murmullo. «Si bonita, si que tengo un pitillo.» le dice la una a la otra. Les pregunto si les puedo hacer una foto, pero su respuesta es evidente: «chiquilla, ¡aquí cobramos por todo!» Les sonrío y les doy las gracias. Estos personajes desempeñan una profesión ancestral que no distingue países.

Mercado de la Boqueria Barcelona

Me alejo por un pasillo un poco más transitado para llegar a la parte trasera de la Boqueria. De vez en cuando un grupo de gente joven cruza esta calle de paso sin darle ninguna importancia a esos puestos, que desprovistos de su color pasan desapercibidos.

Un graffiti en la pared del fondo nos acerca a nuestros tiempos y refleja de qué manera el arte callejero puede decorar una ciudad. Estos trazos de arte moderno también se asoman más discretamente en las dos columnas que tenemos en primer plano, en donde un pequeño corazón nos insinua un amor pasajero.

Una papelera recientemente vaciada parece balancearse al compás del silencio. Su presencia es inútil, el incivismo nocturno se ha apoderado de la ciudad y restos de vasos de plástico y otros escombros, avergonzados, se quieren esconder detrás de la sombra que proyecta la pared.

En el cielo, unos rayos de luz procedentes del palacio de Montjuïc, que en su momento se utilizaron como focos de defensa antiaéra durante la guerra, se observan a  lo lejos y dan un aire de grandiosidad al mercado, que a estas alturas de la noche, se ha visto reducido a estructuras de hierro y metal esperando el amanecer.

MErcado de la Boqueria Barcelona

Llegada a la parte trasera de la Boqueria me doy cuenta que ésta no está totalemte en calma. Sus calles silenciosas y oscuras esconden a los que se encargan de recoger la basura. Es el momento de tirar los despojos.

Enfrente de esta visión se confunde lo nuevo con lo viejo. Un parking separa unas paredes decrépitas de un restaurante de moda. Por un lado unos lavabos públicos entre escombros esperan ser utilizados y un montón de ropa en el suelo, en otro tiempo útil para unos, pasa a ser un mercadillo para otros; mientras, en el otro extremo se habla de política, de las vacaciones, de la familia, del trabajo, etc.

Y así siguen pasando los días. ¡Cuántos secretos nos podría contar este mercado! ¡Cuántas cosas ha vivido! Y el paso del tiempo se va reflejando en su estructura, sus puestos, sus callejuelas, sus farolillos,… pero él sigue ahí, con la fuerza del primer día, con miles de historias que contar que se van quedando en el olvido.

Para ver más fotos aquí.

Dirección: La Rambla 91, 080021 Barcelona

Abierto cada día de 6h a 21h. Cerrado los domingos.


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Búnker antiaéreo del Carmel | Barcelona

En lo alto del turó de la Rovira, en el barrio del Carmelo, se encuentran los restos  de un búnker antiaéreo de la guerra civil que fue construido en 1937.

Restos de las plataformas giratorias, pequeños túneles y espacios cubiertos, plantas, rocas, desperdicios y graffitis eran el decorado del búnker del carmel que, junto con el búnker de Sant Pere Màrtir fueron una base de defensa de la ciudad de Barcelona.

Durante la guerra civil Barcelona fue bombardeada de forma sistemática por los fascistas, por ello se construyeron estos espacios de defensa en las atalayas de la ciudad . En el búnquer del Carmelo habían cuatro cañones que fueron retirados durante los años 50.

Bunker BarcelonaBunker Barcelona

Lo más impactante de este lugar es que al borde del techo de los restos del búnker del Carmelo (o del Turó de la Rovira), como una plataforma de presentación de la ciudad, podemos disfrutar de una  vista panorámica única de Barcelona de 360 grados.

Bunker BarcelonaAlrededor del búnker se aglomeraron centenares de barracas que en su momento dieron  albergue a obreros de la construcción de la gran Barcelona, como nos cuenta uno de sus habitantes. Llegaron a haber más de 400 barracas que en su momento consiguieron luz y agua para poder vivir en unas condiciones mínimamente decentes. Hoy en día algunas de las casitas que podemos observar por la zona tienen como origen esas barracas que en su momento coronaron el turó de la Rovira.

En breve van a remodelar la zona, espero que sepan mantener la parte más «salvaje» del lugar.

Actualización 05/2013: ya remodelaron la zona y ha quedado un tanto descolorida y bastante menos salvaje para aquéllos que tuvimos la suerte de verla con graffitis. No osbtante tengo que decir a su favor que se han habilitado accesos que antes eran imposibles.

Actualización 08/2014: Siguen las obras del búnker del Carmel hasta febrero del 2015 a cargo del Museu d’Història de la ciutat.

Acceso: Autobús 28 (se baja en la última parada) o Autobús 119


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La font de la Budellera

La Font de la Budellera, ubicada en el parque de Collserola, fue, en sus años de esplendor, una fuente de abastecimiento de agua casi «milagrosa». Mucha gente iba a rellenar sus garrafas de agua, pensando (y quizás era cierto) que era agua mucho más pura, provinente del bosque. Hasta que hubo un momento que se puso un cartelito tipo: «No se asegura la potabilidad del agua», justo después de las obras de la torre de comunicaciones y aquí se acabó la leyenda.

El origen del nombre no está claro… puede venir de «budells» (que significa intestinos en catalán), y los motivos pueden ser varios:

  • Porque se decía que era buena para los intestinos, milagrosa como comentábamos.
  • Porque se tiraban por esa zona intestinos de animales muertos. (no me parece muy atractivo este origen…)
  • Porque por allí cerca había una casa que creaban cuerdas para instrumentos con los intestinos de animales.

Esta fuente, obra del arquitecto paisajista francés Jean Claude Nicholas Forestier, ya tiene sus añitos (1918) que podemos observar en el deterioro de su cara.

Parque de Collserola

La fuente fue restaurada en 1988 y está en una zona en la que se puede parar a merendar, con un pequeño porche y mesas de piedra y varias escaleras que darán juego a los más peques.

Para llegar desde Barcelona a ella se cogen los ferrocarriles catalanes dirección Terrassa o Sabadell y se baja en la parada «Peu del funicular». De ahí se coge el funicular (inaugurado en 1906, aunque se ha hecho una renovación integral y ya no respiran ni un àpice de sus antiguo «look») y se baja en la parada final, Vallvidrera.

Salimos a una plaza y de ahí subimos las escaleras que quedan a mano derecha y seguimos recto por el «camí dels Algarves» llegando al «carrer de les Alberes» que cogeremos hacia la izquierda. Y, la primera calle no, la segunda, por el «Carrer de Can Basseda» giraremos a la izquierda y seguiremos todo recto por este camino hasta llegar a un cruce, en el que continuaremos por el «carrer de Gabriel Ferrater» hasta llegar al «carrer de la Budellera».

Al entrar en el parque de la Budellera (parte de la cordillera de Collserola), os da la bienvenida un peregrino con la curiosidad que tiene la cara del antiguo propietario de la casa a la que te da la bienvenida la estatua con la mano derecha (el marqués de Saint-innocent). Aunque popularmente se decía que era san  Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana y protector de los animales. Fuere quien fuere, en sus años mozos tenía la mano que le falta y asía un bastón.

Parque de la Budellera, Vallvidrera

Una vez dentro, tendremos 3 caminos por escoger y el de la izquierda es el que nos lleva a la Font de le Budellera. Hace bajada y es un paseo a la sombra, corto y agradable, entre pinos y encinas. Se accede por unas escaleras de piedra y en según que tramos, podéis disfrutar de las vistas del parque de Collserola con el Tibidabo de fondo.

Parque de CollserolaDe vuelta haremos el recorrido en sentido inverso, y una vez en la estación del funicular, antes de volver a la ciudad, podéis subir al terrado y ver otra perspectiva de Barcelona.

Funicular de VallvidreraY si os animáis, antes de volver a la ciudad, podéis ir a casa Trampa y tomaros una tapa de jamón de jabugo o unas albóndigas y una copita de vino. Es un restaurante emblemático de cocina catalana que está en la plaza de Vallvidrera.

El pantano de Vallvidrera

Escondido por el bosque de Collserola, al norte de Barcelona, se encuentra el pantano de Vallvidrera, inaugurado en 1864 para abastecer de agua el antiguo municipio de Sarrià a través de la Mina Grott (podeis ver la entrada a dicha mina unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda). En esta mina se instaló un trenecito eléctrico en el 1908, que fue el primer ferrocarril eléctrico de pasajeros construido en España y funcionó hasta 1916.

Este embalse está considerado como una joya de la ingeniería hidráulica del s. XIX. Ahora mismo, abandonado al curso de la naturaleza, está cubierto de frondosa vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un pequeño cartelito, y rodeado de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona! ¿Habrá algún príncipe entre ellas? 😉

Parque de Collserola

A esta presa se puede acceder por varios lugares, pero el más sencillo es cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajando en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque!! 🙂

Parque Collserola

Bajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano.

Se puede dar la vuelta completa al pantano, y volver por donde se ha llegado.

¡Qué las hadas os acompañen!

Fábrica de hilaturas "Fabra y Coats"

La fábrica de hilaturas Fabra y Coats, a pesar de las sucesivas crisis que sufrió la industria téxtil catalana, no quedó en desuso hasta 2004. Su éxito fue debido a su excelencia en todos los sentidos, innovadora en cuanto a técnica (pioneros en la fabricación de hilos sintéticos, procesos de fabricación para garantizar servicio «just in time» o especialización en productos de alta tecnología) y con una especial sensibilidad por los temas sociales (formación al personal, instalaciones deportivas propias, construcción de viviendas para los empleados o creación de casas cuna para los hijos de los trabajadores).

Fabrica Barcelona

A principios del siglo XX, la empresa fue pionera en España en la fabricación de hilos de algodón para coser, bordar y confeccionar redes. Surgió en 1903 fruto de la fusión de dos grandes empresas téxtiles, una británica (Coats & Clark) y otra Catalana (Fabra y Portabella).
Ahora, gracias a la insistencia de los vecinos del barrio, entre ellos algunos antiguos trabajadores, han logrado que este espacio, de unos 12.000 m2, pase a ser un centro cultural, manteniendo la memoria histórica de la fábrica en la medida de lo posible.
Un antiguo trabajador de la fábrica y vecino del barrio, orgulloso de haber formado parte de esta empresa que todavía existe, nos explicó los intríngulis de cada rincón.
Hizo sonar la sirena como en los viejos tiempos, momento en el que me imaginé a la gente saliendo de la fábrica, con los trajes sucios y el cansancio pero sonrientes de volver a casa. De todas formas, casi nos deja sordos, y mira que dijo que el sonido real era 7 veces más alto para que lo oyeran de entre las máquinas!
Había bocas de incendio por todas partes, y pequeñas indicaciones en todas las esquinas de los múltiples edificios que te indicaban dónde se ubicaban exactamente informando de la dirección y la distancia.
Fabrica Barcelona
Las calderas, de un antiguo barco inglés, eran impresionantes. A medida que fue creciendo la fábrica, tuvieron que añadir más calderas. Estas cada vez eran más altas por lo que se tuvo que reconstruir un techo más alto.
Ahora está en remodelación, pero en breve, el mhuba organizará visitas guiadas a este complejo histórico-cultural.
Como curiosidad, el edificio que queda fuera del actual recinto cerrado de la fábrica, hoy conocido como Can Fabra, era una de las naves que constituían el complejo industrial fundado por Ferran Puig i Gibert en 1838.
Ubicación:C/Sant Adrià 20, Barcelona
Acceso: metro Sant Andreu (L1)

Parque del Laberinto de Horta

Los jardines del Laberinto de Horta son los más antiguos que se conservan en Barcelona. Lugar extraño y misterioso, dicen que este parque constituye uno de los jardines iniciáticos a la masonería.

Los jardines del Laberinto de Horta son los más antiguos que se conservan en Barcelona. Lugar extraño y misterioso, dicen que este parque constituye uno de los jardines iniciáticos a la masonería. Se remonta al año 1791, tocando al palacio de estilo neoárabe, que contiene una torre de la Edad Media, y ocupando los terrenos de una finca del Marqués de Llupià, de Poal i D’Afarràs, hombre ilustrado que encargó la obra a Domenico Bagutti, de allí su toque de fisonomia italiana.

Parque del Laberinto de Horta

El parque del laberinto cuenta con diversos rincones, que retornan a las tradiciones clásicas, llenos de simbolismo masónico. Consta de dos espacios diferenciados: el bosque, símbolo del inconsciente, de la obsesión, de nuestros miedos y el jardín, símbolo de la organización y mente serena que ha logrado el dominio de sí misma.

En el centro del jardín, escalonados en varios niveles, se encuentran el laberinto, los dos templetes, el estanque con la estatua de los delfines y la cueva de Narciso que equivalen a diversos grados de orden rodeados de simulacros de bosque, el caos.

Por lo que representa ir del caos al orden, como un trabajo de creación genesíaca. Los dos delfines de los que mana agua  son símbolo de la dualidad y reflejan el mundo del espíritu. El agua simboliza el flujo de pensamientos y el entrelazamiento de los delfines evoca también movilidad. Pero el agua que manan, va a parar a un estanque cuadrangular, símbolo de la perfección conseguida mediante la práctica del arte. Y finalmente, las alusiones al laberinto, implican búsqueda al amor, sintonía de opuestos.

Fuente: «Misterios de Barcelona», Ernesto Milà.

Delfines entrelazados

Más allá del simbolismo, pasear por este parque es gratificante, lleno de pequeñas sopresas y entrar en el laberinto de cipreses es una pequeña aventura, muy recomendable tanto para pequeños como para mayores.

A la entrada del parque hay un pequeño bar por si te quieres parar a tomar algo y una área infantil con tobogán para los más pequeños.

Como anécdota, comentar que en este parque del laberinto se rodó una escena de la película «El Perfume».

Ah, y justo enfrente del parque, por si nunca habéis visto uno, hay un velódromo que a veces está abierto al público.

Si finalmente queréis comer por la zona, podéis ir a Can Cortada (Av. Estatut de Catalunya s/n – 934272315) o a Can Travi Nou (C. Jorge Manrique s/n – 934280301), antiguas masías reformadas que actualmente son restaurantes que ofrecen cocina catalana.

Dirección Parque del Laberinto: Paseo Castanyers 1

Acceso: metro L3, estación Mundet

Horario: de 10h a 21h

Precio: 2,20€ Domingos gratuitos.

En este enlace más fotos del parque del laberinto.

Y aquí más información sobre el parque del laberinto de horta.

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